UNA NUEVA MIRADA AL

 

BAUTISMO BÍBLICO

Por: E.L. Bynum

 

“Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él. Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi hijo amado, en quien tengo complacencia” (Mateo 3:13, 16 y 17). “... y retenéis las instrucciones tal como os las entregué” (1 Corintios 11:2).

 

 

¿Es Importante El Bautismo Bíblico?

 

El Hijo de Dios sabía lo importante que era, por eso caminó 100 Kilómetros para ser bautizado por el único hombre que tenía autoridad para bautizar en ese momento. El Espíritu Santo también nos muestra que es importante porque asistió al bautismo de Jesús. Dios el Padre nos muestra que es importante porque envió a Juan el Bautista para que bautizara, y además expresó su aprobación cuando su Hijo Jesús fue bautizado. El diablo sabe lo importante que esto es, porque ha intentado falsificarlo muchas veces.

 

¿Qué Es Necesario Para Que Sea Bíblico El Bautismo?

 

Debe administrarse según las enseñanzas de la Biblia para ser bautismo bíblico. Algo menos que eso no es bautismo verdadero aunque muchos lo llamen bautismo. Hay cuatro condiciones que deben reunirse para que el bautismo sea válido según la Biblia:

(1) Un Candidato Adecuado

(2) Un Método Adecuado

(3) Un Propósito Adecuado

(4) Un Administrador Adecuado

 

1. CANDIDATO ADECUADO ~ Una Nueva Criatura; Un Hijo de Dios

 

Sólo aquellos que son nacidos de nuevo pueden bautizarse, porque son hijos de Dios. Una persona debe ser salva (ser renacida) para poder hacerlo. Jesús nunca fue pecador, por lo tanto no necesitaba ser salvo. Pero otros sí deben ser salvos para proceder al bautismo. El bautismo bíblico es el bautismo de los creyentes. Los incrédulos, cuando se arrepienten y se convierten, deben ser enseñados o discipulados y hasta entonces bautizados, (Mateo 28:19). En (Hechos 2:41), los que recibieron la Palabra fueron bautizados después. (Hechos 10:43, 44 y 47) dicen que las personas creyeron, recibieron el Espíritu Santo y entonces fueron bautizados. (Los incrédulos no reciben el regalo del Espíritu Santo). Cuando el carcelero de Filipos preguntó qué debía hacer para ser salvo, Pablo y Silas le dijeron que creyera en el Señor Jesucristo para ser salvo, (Hechos 16:30-34). Pablo no le dijo que se bautizara para ser salvo. Si el bautismo en agua pudiera limpiar nuestros pecados, ¿de qué sirvió la sangre de Cristo? (1 Juan 1:7 y Hebreos 9:11-12, 22, 25-26) Si en la antigüedad la sangre de los toros y machos cabríos sacrificados no podía lavar el pecado, ¿cómo podrá hacerlo el bautismo? (Hebreos 10:4)

 

2. MÉTODO ADECUADO ~ La Inmersión en Agua

 

Verter o rociar agua no es el método adecuado porque no aparece en la Biblia, obviamente. En cambio, la Biblia nos muestra que la inmersión es el único método para el bautismo. Jesús fue sumergido, (Marcos 1:9-10; Mateo 3:13-16). Juan el Bautista necesitó mucha agua para bautizar, (Juan 3:23). Si rociamos sobre una persona, no necesitamos mucha agua. (Ver también Hechos 8:38-39). El bautismo es un símbolo que tiene su significado: representa muerte al pecado, sepultura (cuando se sumerge en el agua) y resurrección a una nueva vida (cuando sale del agua). Vemos eso en Romanos 6:1-7 y Colosenses 2:12. Si no usamos la inmersión, el símbolo se destruye. Además de eso, las palabras traducidas del griego para hablar del bautismo significan “sumergir, zambullir, zambullida, sumergen, etc.” La palabra que se traduce para “rociar” es totalmente diferente y nunca se usa en la Biblia con relación al bautismo.

 

3. PROPÓSITO ADECUADO ~ Es un Símbolo

 

El bautismo es un cuadro o símbolo de ciertas verdades bíblicas. No tiene como propósito limpiar pecados como muchos pretenden enseñar. Cualquier forma de doctrina que diga que el bautismo es necesario para la salvación, frustra el propósito bíblico.

 

4. ADMINISTRADOR ADECUADO ~ Por la Autoridad de una Iglesia Neo-testamentaria

 

Esto es tan simple como decir que no cualquiera puede imprimir dinero legal, no cualquiera puede practicar la medicina como Médico titulado, no cualquiera puede ser Abogado; pues, estas cosas están reguladas por las leyes de los hombres. El bautismo está regulado por las leyes de Dios, y si no se reúnen las condiciones anteriores, el bautismo NO ES BÍBLICO; por lo tanto, no es bautismo. Es posible que el que va a bautizarse y el administrador del bautismo sean sinceros en lo que hacen, pero la sinceridad no es ningún suplente para la verdad. Hay mucha polémica en lo que se refiere a la autoridad para bautizar, pero si los que discuten esta cuestión estudiaran más la Biblia, tendrían claro el asunto. Juan el Bautista fue el primero que tuvo autoridad para bautizar y él la recibió de Dios, (Juan 1:6). Jesús y sus discípulos fueron bautizados por Juan, (Hechos 1:21-22). Jesús dio la autoridad para bautizar a los apóstoles, quienes constituyeron la primera Iglesia en Jerusalén (1 Corintios 12:28). Él mismo comisionó a esta iglesia para que bautizara, (Mateo 28:19). En el día de Pentecostés, 3,000 personas que ya habían recibido la Palabra, se bautizaron y se agregaron a la Iglesia de Jerusalén, (Hechos 2:41).  La Iglesia a la que ellos se añadieron era la que Jesús autorizó cuando se fue; era la única que tenía la autoridad para bautizar en ese momento. Felipe era misionero de esa Iglesia, y con la autoridad de ella, fue a predicar en Samaria y bautizó a los convertidos. Pedro, que era de la misma Iglesia, gozaba de la autoridad que ella le dio para predicar y bautizar; por ello, cuando Cornelio y los que estaban con él creyeron en Cristo, mandó a bautizarlos, (Hechos 10:47-48), porque tenía autoridad. Pablo tenía autoridad para bautizar porque el Espíritu Santo lo llamó a esta tarea, con la autoridad de la Iglesia de Antioquía, que a su vez, recibió aprobación de la Iglesia de Jerusalén, (Hechos 13:1-3).  Cuando Pablo encontró creyentes en Éfeso que no habían sido bautizados conforme a las Escrituras, él no dudó en instruirlos correctamente y bautizarlos de nuevo. Vemos entonces que, si una persona se da cuenta que su bautismo no es conforme a la Biblia, debe buscar ser bautizado de forma correcta inmediatamente, (Hechos 19:1-5).

 

 

I.  El Bautismo Bíblico Agrada al Señor.

 

Cuando Jesús fue bautizado, Dios mostró su aprobación a esto, (Mateo 3:17). Cuando nosotros seguimos el ejemplo de Jesús, agradamos al Padre. Cuando nos sometemos al bautismo, lo hacemos por obediencia a las Escrituras, y Dios siempre prefiere nuestra obediencia a cualquier sacrificio, (1 Samuel 15:22; Hechos 5:29).  “Así que los que recibieron su Palabra fueron bautizados...” (Hechos 2:41).

 

Si ganamos almas para Cristo, habrán bautismos, pero de lo contrario, no ocurrirá así. “El que gana almas es sabio” (Proverbios 11:30); “... y se añadieron aquel día como tres mil personas” (Hechos 2:41). Vemos que el bautismo trae miembros a nuestra iglesia, y esos miembros pueden ganar a otros con el evangelio.

 

El bautismo bíblico muestra dos formas de crecimiento en la Iglesia: crecimiento numérico y crecimiento en madurez. Una Iglesia que no tiene creyentes para bautizar, en cierto modo se ha estancado, y manifiesta desobediencia a la Gran Comisión.

 

Esta Comisión, que recibimos de Cristo, tiene tres actividades:

(1) Hacer discípulos en todas las naciones, esto es, llevar el evangelio a los perdidos.

(2) Bautizarlos, esto es, a aquellos que crean en el evangelio.

(3) Enseñarles que guarden todas las cosas que nos mandó. Esto es lo que tanto la Iglesia como la persona recién bautizada debe continuar haciendo siempre.

 

 El bautismo bíblico agrada también al Señor porque reconoce la autoridad de la Iglesia. Este bautismo sólo puede administrarse con la autoridad de una Iglesia Neo-testamentario, y esa autoridad viene directamente del Señor Jesucristo. Cuando Él dio la Gran Comisión no se la dio a una sola persona, sino a la institución que Él fundó, que es la Iglesia. Cuando dice: “... toda potestad”, se refiere a autoridad (esa autoridad que Él transmitió a la Iglesia).

 

El bautismo correcto garantiza la continuidad de la Iglesia; a través de él, la Iglesia recibe más vida y crecimiento, y alcanza a otras personas perdidas con la luz del Evangelio.

 

II.  El Bautismo Bíblico Proclama El Evangelio.

 

El bautismo no tiene como propósito la salvación, como algunos creen. De hecho, la persona que se bautiza debe ser salva primero por arrepentimiento y fe en Cristo; de lo contrario, el bautismo no tendrá ningún efecto en él aparte de haberlo mojado. El bautismo es figura de nuestra salvación y nada más; es un símbolo de ella y de lo que nos sucedió cuando Cristo nos salvó.

 

En 1 Pedro 3:21 se nos dice claramente que el bautismo tampoco quita el pecado, sino sólo la sangre de Cristo hace eso.

 

El bautismo en agua es, pues, el testimonio exterior de la fe interior del creyente; una persona que ha sido salva por su fe en Cristo, se somete al bautismo para testimonio a todos de que es salvo. Pero si no hay fe interior, su bautismo no es bíblico, porque no puede bautizarse una persona no convertida; y aunque lo haga, a los ojos de Dios no ha pasado nada.

 

III.  El  Bautismo Bíblico Protege a La Iglesia.

 

·        La protege del error doctrinal, contra la doctrina de la “regeneración bautismal”. En el siglo II después de Cristo, algunos empezaron a enseñar que el bautismo era necesario para la salvación. Decían que sin bautismo no se era salvo; luego, muchas personas que habían vivido desordenadamente toda su vida, se bautizaban poco antes de morir y creían que ya eran salvos y podían morir tranquilos. Todavía muchos creen esto y no se bautizan en su juventud porque primero quieren “disfrutar de la vida”, y piensan que podrán bautizarse cuando sean ancianos. ¡Qué gran necedad!

 

·        El bautismo bíblico protege la Iglesia del método falso de rociar agua sobre el que se bautiza. Las personas que creyeron en la regeneración bautismal, también cambiaron el método que Dios estableció para bautizar; ya no sumergían a las personas, sino que les rociaban agua en sus cabezas. Esto es “bautismo por aspersión”. La religión católica es la que ha venido enseñando la regeneración bautismal y el bautismo infantil; ellos le daban tanta importancia al bautismo que pensaron: “si el bautismo salva, mientras más temprano se bautice la persona, será mejor”, y empezaron a bautizar niños. Todavía muchos creen y practican eso, pensando que por bautizar a sus bebés, ellos serán cristianos y salvos, no importa si cuando el niño crezca rechaza al Señor, porque “ya está bautizado”. La Biblia enseña lo contrario.

 

·        Así que: a) La regeneración bautismal exige a los pecadores que se bauticen para ser salvos, pero la Biblia exige que las personas sean salvas para poder bautizarlas. b) La aspersión requiere poca agua, pero el bautismo bíblico, como ya vimos, requiere mucha agua. c) El bautismo infantil no sirve de nada, porque la criatura a la que bautizan no tiene consciencia de lo que está pasando; no ha oído ni entendido el Evangelio para creerlo, por lo tanto no será salvo por bautizarse. El bautismo bíblico se administra a una persona consciente y convencida de que ya es salva por su fe en Jesús. Esa persona, sí, es creyente; sí, es salva.

 

·        El bautismo bíblico protege a la Iglesia Bautista de la influencia protestante. Las iglesias protestantes salieron de la Iglesia Católica Romana y son, entre otras: Luteranos, Episcopales, Presbiterianos y Metodistas. Todos ellos bautizan a los niños, lo hacen por aspersión y creen en alguna forma en la regeneración bautismal; además cada una de ellas toma por válido el bautismo de las otras.

 

·        Los bautistas no somos protestantes. La historia los ha conocido por diferentes nombres dependiendo de la región donde estuvieran o de sus predicadores más destacados; se les ha llamado cristianos, montanistas, paulicianos, valdenses, ana-bautistas y bautistas.

 

Los bautistas no aceptamos el bautismo de las congregaciones que creen que la salvación no es por gracia por medio de la fe, porque esta es una doctrina vital para la fe cristiana, así como tampoco lo aceptamos de congregaciones cuyas prácticas sean contrarias a lo que la Biblia enseña. Todas las denominaciones protestantes que ya mencionamos condenaban a los ana-bautistas y bautistas porque ellos bautizaban de nuevo a las personas que se convertían al Evangelio, sin importar que ya hubiesen sido bautizados, según ellos. Además, todas estas protestantes tienen en sus Artículos de Fe cosas como: que “por el bautismo se recibe la plenitud de la gracia de Cristo”, que “el bautismo lo constituye a uno como hijo de Dios”, que “nos da la remisión de los pecados”, etc. Por lo tanto, es evidente que enseñan el error y sus bautismos eran y son nulos.

 

·        El bautismo bíblico protege la Iglesia Bautista de la influencia inter-denominacional.  Las iglesias que aceptan relacionarse con diferentes denominaciones se reciben entre ellos como miembros en sus iglesias y aceptan sus bautismos entre sí, sin importar cómo ni quién lo realizó, con tal de que la persona se sienta satisfecha con su “bautismo”. Y lo peor es que muchos bautistas, de nombre nada más, han tomado esta posición y tienen miembros que vienen de diferentes congregaciones, como la Iglesia Pentecostés, que creen que la salvación es por obras, u otros que han sido bautizados por aspersión o que ni han sido bautizados siquiera, con tal de tener una congregación numerosa. Esto es realmente triste, y más triste aún que ellos digan que creen y predican la Biblia.

 

·        El bautismo bíblico protege a la Iglesia Bautista del Ecumenismo, esto es, la idea de que hay o debe haber una Iglesia Universal. Ninguna Iglesia Bautista, que crea el bautismo tal y como la Biblia lo enseña, puede formar parte de este movimiento ecuménico. Ya hay acuerdos entre ellos para estudiar en las mismas escuelas, tener pastores quienes fueron ordenados en otra clase de iglesia, etc. Y vemos con esto que la predicción de Apocalipsis 17 se está cumpliendo. Las otras iglesias que apoyan el movimiento ecuménico dicen que no deben haber barreras entre las iglesias, pues “adoramos al mismo Dios”; y propagan la idea de que debemos ser “unidos en el amor, que es lo principal, y libres en la doctrina que es lo secundario. El amor une; las cuestiones doctrinales separan a las personas”. Toda la Biblia es doctrina, pero ellos creen que “¡La Biblia no es importante con tal de que nos amemos todos!” Esto no fue lo que Jesús enseñó. La única forma en que debemos estar unidos en el amor con ellos es para predicarles el evangelio para que se arrepientan, porque “... no les ha amanecido”, Isaías 8:20.

 

Cualquier Iglesia Bautista que acepte bautismos extraños, está colaborando en la teoría de la “Iglesia Universal”. También debemos ser cuidadosos con las Iglesias Bautistas que sólo lo son de nombre. No podemos recibir como miembros ni tener compañerismo y cooperación (reuniones juntas) con los que dicen que basta con que las personas se sientan satisfechas con su bautismo para que éste sea válido. La pregunta es - si Dios está satisfecho con lo que esa persona ha hecho. Es para escandalizarse que algunos que se dicen pastores bautistas trabajen junto a los ecumenistas en conferencias; juntas de Misiones, Institutos Bíblicos, y que compartan el púlpito con ellos. Deberían recordar Amós 3:3 y 1 Corintios 5:6.

 

La salvación es de Dios, pero el bautismo debe ser administrado por los hombres, pero si el que lo administra no tiene la autoridad de la Biblia, su bautismo no es real, no es auténtico ni Escritural. Nosotros sostenemos que la autoridad bíblica descansa en las Iglesias Neo-testamentarias con todas sus características, y no hemos visto otras instituciones en las que estén esas características, sino en las VERDADERAS Iglesias Bautistas.

 

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